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jueves, 10 de marzo de 2016

LA CIENCIA EN EL SIGLO XIX

Como dentro de poco va a ser el aniversario de Mariano José de Larra, y el instituto en el que estudio lleva su nombre, he decidido investigar sobre la ciencia durante la época en la que vivió, dado que este blog está dedicado a Física y Química.

En general, el siglo XIX fue un periodo de muchos cambios, y uno de los más significativos fue la revolución industrial. Además, hubo importantes avances en la medicina, como por ejemplo la identificación de microorganismos como los causantes de las enfermedades infecciosas. Hubo también una gran cantidad de inventos, como la locomotora, la fotografía, la anestesia, los aviones, el teléfono o la aspirina. Se crearon nuevas teorías, entre las que encontramos la Teoría de Números, la Teoría de la Evolución o la Teoría Atómica, entre otras. De todo esto, he decidido hablar en concreto de dos, que están muy presentes en nuestro día a día: la pila voltaica y la fotografía.



LA PILA VOLTAICA

Todo comenzó en 1780, cuando Luigi Galvani, médico, físico y fisiólogo italiano, estaba diseccionando una rana, que estaba sujetada con un gancho de metal. Al tocar la pata de la rana con el bisturí, que era de hierro, la pierna del animal se movió. Galvani decidió que la energía que había causado el movimiento del animal venía de la propia pierna, y lo llamó electricidad animal.

Alessandro Volta, un amigo del científico, no estuvo muy de acuerdo con esta idea. Prefirió suponer que en realidad ocurrió por el contacto de dos metales diferentes gracias a una conexión húmeda. Tras poder verificar esta hipótesis experimentalmente, la publicó en 1791. Más tarde, en 1800, pudo perfeccionarla e inventó la primera batería capaz de crear una corriente eléctrica que se mantenía en el tiempo, y se la llamó pila voltaica.


Esta pila consistía en pares de discos de cobre y zinc colocados uno encima del otro y separados por una capa de tela o cartón mojada en salmuera. Gracias a esto podía producir una corriente continua y estable, y perdía muy poca carga con el tiempo cuando no se la utilizaba. Aún así, en los primeros modelos, no consiguió producir la suficiente fuerza de tensión como para crear chispas. Tuvo que experimentar con mucho metales hasta llegar a la conclusión de que el zinc y la plata le daban los mejores resultados.                           

Los primeros modelos de Volta tenían algunos fallos técnicos, como fugas del electrólito y cortocircuitos, provocados por el peso de los discos que comprimían los paños. Este problema fue resuelto por el inglés William Cruickshank mediante la fijación de los elementos en una caja en vez de amontonarlos. Otro de los problemas era su corta duración, alrededor de una hora, que era causado por: 
1. La corriente originaba una película de burbujas de hidrógeno que se formaba en el electrodo de cobre y aumentaba la resistencia interna de la batería (lo que se conoce como polarización) 
2. En torno a las impurezas del zinc se formaban minúsculos cortocircuitos, que causaban su degradación (que es un fenómeno llamado de acción local).

A pesar de sus defectos, proporcionaba una corriente más permanente que las botellas de Leyden (dispositivo eléctrico que permite almacenar cargas eléctricas), e hizo posibles muchos experimentos y descubrimientos nuevos.



LA FOTOGRAFÍA

Se podría decir que el inicio de la fotografía lo causó el invento de la cámara oscura de Leonardo da Vinci, una caja que te permitía obtener una proyección plana de una imagen exterior dentro de la superficie de la caja. Esta caja tenía un pequeño agujero por el que entraba muy poca luz, que se proyectaba en la pared opuesta de la caja, mostrando la imagen del exterior.

Ya en 1839 se creó el primer procedimiento fotográfico, que fue el daguerrotipo. Lo desarrolló y perfeccionó Louis Daguerre y lo dio a conocer en París, en la Academia de Ciencias de Francia.

El daguerrotipo fue la primera técnica fotográfica con la que se pudo captar una imagen sin que se desvaneciera. Era una imagen positiva única, que se utilizaba principalmente para retratos, ya que tenía dificultades para captar el movimiento. Se utilizaban artilugios metálicos para sujetar a la persona retratada, que tenía que posar durante horas. Aun así, no era posible que los ojos se mantuvieran quietos, así que después había que pintarlos sobre la imagen obtenida. La imagen era producida sobre una placa de cobre recubierta con plata y sensibilizada con vapores de yodo. La superficie era sensible a la luz y tenía que ser usada antes de una hora. El tiempo de exposición podía variar dependiendo de la cantidad de luz que hubiera, y después se revelaba la imagen usando mercurio caliente, y se fijaba con una solución de sal común. 


Esta técnica se desarrolló a partir de la experimentación realizada por Joseph Nicéphores Niépce, que llevaba varios años experimentando con placas metálicas y distintas combinaciones de químicos para conseguir crear una imagen exponiéndola a la luz. A este proceso lo llamó heliografía, pero era muy lento, y su primera imagen tardó 8 horas en producirse. 

Daguerre fue un artista, al que le fascinaban la luz y las imágenes. Creaba telones para el Diorama, un teatro en el que se obtenía un efecto tridimensional al pintar los telones sobre un material traslúcido y gracias a la luz sobre las pinturas, creaba la sensación de tormentas o atardeceres. Daguerre y Niépce acabaron trabajando juntos y aún cuando Niépce murió, Daguerre continuó con el proyecto. 


Una vez ya creados, la calidad de la imagen de los daguerrotipos era de una nitidez increíble, pero tenía una serie de problemas, como la imposibilidad de las imágenes de ser duplicadas, tener una superficie demasiado delicada que debía ser conservada dentro de un estuche de vidrio, que la imagen era reflejada como un espejo o que los químicos utilizados eran extremadamente tóxicos.


Aún así, 150 años después siguen conservando toda su nitidez y belleza. 


OPINIÓN

Me ha resultado muy interesante buscar toda esta información, ya que me he podido dar cuenta de los grandes avances que realizó el hombre en este siglo. Es increíble que en tan solo 200 años de toda la historia del ser humano se haya evolucionado tanto, y que aún hoy sigamos haciéndolo. Si continuamos a este paso, ¿quién sabe hasta dónde llegaremos?

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